ADIV.

Es grande, inmensa, con su luz y oscuridad, rabiosa por vivir, la vida no olvida a sus grandes valores, artistas del mundo trabajadores de ella, todas las profesiones entran en juego, dan rienda suelta a sus facultades, para hacerlo una y otra vez, sin descanso, con y sin fatiga, con descanso, como pauta vivida juntos y separados, unidos por partes de ella o deslavazados, cada uno por su lado para coincidir al final en algo, encontrarnos y despistarnos y despues de juntarnos, separarnos, idas y venidas por sus calles, sus pueblos y ciudades, en el campo en la montaña en un lago o subidos en las estrellas para ir cerca del Sol que alumbra, que brilla que nos calienta, nos da calor en este frio Universo oscuro, negro, repleto de estrellas que alumbran algo a alguien, siempre, ahí estan dando y recibiendo, viviendo, estando, existiendo siempre, como nunca, cambiando, moviendo ideas y sentimientos para cada uno de nosotros, todos, sin exclusión. Vidas paralelas, divergentes unidas y separadas otra vez y las que quedan, caminos individuales y colectivos, juntos vamos y venimos, nos vemos y nos tocamos y nos entendemos, algo, en parte, nos interesa ser, existir,

vivir. Nuestra vida es compartir.